Conseguí ser mejor, conseguí aquello que anhelaba, conseguí alcanzar el éxito, me gané un lugar allí donde me encontraba. Hoy hago una revisión de mi entorno y de todos aquellos que me miran buscando un favor, buscando un beneficio de algo que es mio y solo mio. Nunca estuvisteis ahí cuando os necesité, jamás ofrecisteis vuestra mano cuando más apurada estaba, tengo lo que tengo gracias a mi y solo a mi.
En ocasiones cuando os necesité me fallasteis o quisisteis cambiar mis normas, aquellas que se habían creado con el paso del tiempo y las necesidades de mi creación. La manipulación del ser humano puede llegar a ser infinita, pero no, yo hoy me pregunto mil veces al día, ¿que es lo que te debo? La respuesta es sencilla, nada...
¿Os ha pasado alguna vez que sentís que sois la mano útil para todos pero que no hay una mano útil para vosotros? Pues esa sería la descripción metafórica de mi día a día, verme hasta arriba de trabajo, necesitar una mano útil (ya no digo amiga porque todo esto me ha demostrado que la mano amiga no sirve para todo y el que piense lo contrario se equivoca) y no encontrarla. De hecho puedo afirmar que mis propias amistades, muchas, no tienen ni idea de lo que hago ni como lo hago, no se molestan en leer aquello que escribo, escuchar las palabras que digo o ver alguno de mis contenidos visuales. (Aclarando que hablo metafóricamente y que todo esto viene relacionado con la creación que este texto a inspirado... mi EME...).
No vengáis buscando un beneficio del lugar y la posición que hoy tengo sólo gracias a mi. Mi pequeño imperio, creado con amor, dedicación y mucho esfuerzo no dará sonrisas a las manos que nunca estuvieron, a pesar de habérselo pedido.
Así que ahora, dime que te debo...
